Coloca tu intención en el frasco — ya sea hablada, susurrada o mentalizada. Sostenlo entre tus manos con presencia y fe, y reafirma esa intención al menos una vez por semana, o idealmente cada día.
Este ritual, tan simple como poderoso, te alinea con lo que deseas atraer y manifestar.
Puedes llevar el frasco contigo, colocarlo en tu mesita de noche, en tu altar o en un rincón especial de tu hogar. También puede ser utilizado en mandalas, rejillas de cristales o meditaciones energéticas.
Cada frasco es único, lleno de símbolo, energía e intención. Y lo más importante: eres tú quien lo activa, con tu presencia y voluntad.
✨ Un objeto sagrado. Un espejo de tu alma. Un canal de manifestación.